En Guatemala el sector de la construcción es uno de los mercados laborales que más representa ingresos a los guatemaltecos, lamentablemente muchos de ellos todavía en el sector informal, viéndose reflejado en   un alto riesgo en conocimientos y aplicabilidad de las normativas nacionales e internacionales de seguridad en el trabajo, esta actividad u ocupación de constructor se caracteriza por exigir de las personas, esfuerzos físicos significativos, razón por la cual en su mayoría son hombres.

Actualmente la globalización ha implicado el conocimiento y adopción de aspectos que anteriormente no se hubiesen considerado del todo importantes, tal el caso de la cultura de prevención. La presencia de empresas multinacionales y la competitividad que ello fomenta ha obligado a las grandes industrias locales a buscar su certificación en materias de gestión de la calidad, medio ambiente y por supuesto la seguridad industrial y salud ocupacional.

En el marco de la ratificación de acuerdos internacionales por parte del estado de Guatemala con la Organización Internacional del Trabajo, nace un 8 de agosto del 2014 el acuerdo gubernativo 229-2014 que venía a actualizar el reglamento vigente en ese entonces de higiene y seguridad en el trabajo desde 1957.

La redacción del reglamento 229-2021 estaba basado, en estándares utilizados por la OSHA – Administración para la Seguridad y Salud Ocupacional – (por sus siglas en español) del gobierno de los Estados Unidos de Norte América, tratando de abarcar todos los sectores laborales y actividades económicas en Guatemala.

Actualmente cuando pensamos en seguridad industrial y salud ocupacional en obras de construcción, se piensa en el equipo de protección personal mínimo, un supervisor de seguridad industrial encargado de velar que los trabajadores usen dicho equipo y la aplicación de ciertas medidas para asegurar el cumplimiento de las normas establecidas que debieron de haber sido descritas, socializadas y consensuadas con los distintos involucrados, desde antes del inicio de la obra y actualizadas con cierta periodicidad.

Sin embargo, la salud y la seguridad ocupacional va más allá de lo visto anteriormente, se deben de respetar tiempos, cargas, horas, pesos, posiciones de trabajo etc. Durante el diecisieteavo congreso mundial de la salud y seguridad en el trabajo la OIT publicó que: “un total de dos millones de trabajadores morían cada año, en el mundo, a causa de enfermedades y accidentes relacionados con el trabajo. Además, 270 millones de trabajadores al año se veían implicados en accidentes del trabajo – de los cuales unos 360.000 eran mortales – mientras que otros 160 millones de trabajadores contraían enfermedades ocupacionales.” 

En Guatemala, según la encuesta nacional de empleo e ingresos -ENEI- en el 2021 el 8%de la población económicamente activa mayor de 15 años labora en el sector construcción. Esto nos da una perspectiva de la cantidad de personas involucradas en dicho sector, sin embargo no hay muchas datos que se puedan conseguir en cuanto a la cantidad de accidentes  a continuación veremos unos datos que fueron presentados por la Comisión Nacional de Salud y Seguridad Ocupacional -CONSASSO-  en “Perfil Diagnóstico Nacional sobre Condiciones de Trabajo, Salud y Seguridad Ocupacional” sirviendo de base los registros del IGSS del 2005, analizando “una muestra de 6.015 casos atendidos por el IGSS, de los cuales 289 correspondían a trabajadores de la construcción, representando un 5 % sobre el total y ubicando al sector en el quinto lugar de las actividades con más alta incidencia de accidentes laborales en nuestro país.”.

Por otro lado, en la gráfica a continuación obtenida del mismo estudio realizado por CONASSO, se puede observar que dentro de las causas de mayor riesgo en las obras de construcción de los casos atendidos por el IGSS se identifica que los cortes o pinchazos son los más comunes, seguido de quemaduras y como último lugar la exposición a radiaciones.

Por otro lado, las causas por las cuales se corren dichos riesgos están estrechamente relacionados al exceso de confianza por parte de los trabajadores, lo que muchas veces hace que no se use el equipo suministrado y no tomen las medidas expuestas en reglamento de SSO de la obra.

Hoy en día, en pleno 2022, si bien es cierto muchas de las estadísticas que se vieron anteriormente han cambiado, debido a que hay empresas que están conscientes de la importancia de la SYSO, hay muchas otras que aun no, sobre todo en el interior de la republica y es allí donde erradica la solidez de un gremio unido, potenciando e incentivando el uso e implementación de la salud y la seguridad ocupacional, en todo nivel y en todo tipo de obra.